Se conoce como semana (del latín tardío septimāna, y este del latín septem, ‘siete’) al ciclo compuesto por siete jornadas seguidas; es decir al período de 7 días naturales con carácter de consecutivos.
¿Y por qué siete?
En las primeras épocas de la humanidad, cuando los seres humanos descubrieron el ciclo solar, se dieron cuenta de que se podía medir el tiempo transcurrido y la edad de una persona por la cantidad de pasos del invierno a la primavera que había vivido. Cuando se conoció más el ciclo anual, se pudo dividir en 4 estaciones trimestrales (más o menos convencionales, ya que las estaciones nunca duraban la misma cantidad de tiempo ni eran exactamente iguales).
En algún momento (antes o después del descubrimiento anterior) se descubrió el ciclo de las fases lunares. La Luna pasa por cuatro momentos fáciles de discriminar:
- luna llena (completamente iluminada).
- luna menguante (iluminada en una mitad).
- luna nueva (completamente oscurecida).
- luna creciente (iluminada en su otra mitad).
Entre dos fases lunares hay aproximadamente una semana de siete días.
Contando desde la luna nueva, los babilonios celebraban un ciclo de siete días dedicados a los siete «planetas» o deidades. En cada uno de ellos, se prestó atención (y se hicieron ofrendas, para ilustrar también a los menos capaces de pensar en abstracto) a un aspecto diferente de la realidad, lo que la ilusión llamó dioses: Marduk e Ishtar el día 7, Ninlil y Nergal el día 14, Sin y Shamash el día 21, y Enki y Mah el día 28. Las tablillas de los reinados del siglo VI a. C. de Ciro el Grande y Cambises II indican que estas fechas eran a veces aproximadas. El inicio de la lunación era a veces aproximado; el final del ciclo, contenía entre uno y tres días días de descanso, y en ocasiones hasta una última semana de ocho o nueve días inclusive, rompiendo el ciclo continuo de siete días.
En la religión cristiana, como en el judaísmo, se sostiene la idea de que el ciclo semanal de siete días se debe a que Dios tardó siete días en terminar la creación del mundo. En el ciclo semanal descrito por las escrituras hebreas se considera el domingo como el primer día del ciclo semanal y el shabbat (en hebreo) o sábado como el séptimo y último día de la semana tal como se describre en el libro de Génesis «fueron pues acabados los cielos y la tierra y todo el ejército de ellos, y acabó Dios el día séptimo la obra que hizo» (Génesis 1:1 – 2:1-3).
