¡Qué muerte más tonta!

Muchos personajes famosos han perdido la vida en condiciones y situaciones tan extrañas como inverosímiles.

  • Enrique I de Castilla: murió de una pedrada jugando con sus amigos.
  • Arquímedes: un soldado romano le atravesó con su espada al ser recriminado insistentemente por el sabio griego para que no pisara unos dibujos científicos que había hecho en la playa.
  • Jean Baptiste Lully, compositor francés: falleció por una gangrena al clavarse la batuta en el pie.
  • Alejandro I de Grecia: su mascota, un mono, le propinó un mordisco y le contagió la rabia.
  • Francis Bacon, filósofo y escritor inglés: falleció de frío mientras rellenaba con nieve de las montañas el interior del cuerpo de una gallina muerta, para un experimento sobre la conservación de los alimentos.
    
  • Agatocles, tirano de Siracusa: se atragantó con un palillo.
    
  • Esquilo, dramaturgo griego: murió golpeado por una tortuga que se desprendió de las garras de un águila que sobrevolaba su cabeza.
    
  • Isadora Duncan, bailarina estadounidense: murió por una fractura en las cervicales debida a que su echarpe se enganchó en las ruedas del coche en el que acababa de subir.
    
  • Maximiliano de Austria: una indigestión de melones le quitó la vida.
    
  • Allan Pinkerton, fundador de la agencia americana de detectives que lleva su nombre: murió por una gangrena tras morderse la lengua.

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